“¡Justicia para todos!”: La protesta ante el Consejo de Europa reclama el fin de la impunidad en Turquía

Este junio, por cuarta vez, estaremos frente al Consejo de Europa en Estrasburgo para reiterar nuestro llamamiento de justicia por los millones de personas sometidas a represión en Turquía. En este encuentro, que cada año crece con más voces participantes, esta vez diremos con más fuerza y determinación: “¡Justicia para todos¡”. Mientras en Turquía se violan sistemáticamente los derechos fundamentales, nos reunimos en Estrasburgo para exigir al Consejo de Europa que tome medidas más concretas y efectivas.

Volvemos a Estrasburgo porque las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que no se cumplen demuestran que el respeto al Estado de derecho —garante de los derechos fundamentales— ha desaparecido, y que la supremacía de la ley es solo un principio en el papel. Las decisiones del TEDH sobre las violaciones de derechos en los casos de Osman Kavala y Selahattin Demirtaş, privados de libertad desde hace años, junto con la sentencia Yalçınkaya —que confirma la condena injusta de más de 100.000 personas—, son ignoradas por la Justicia turca. Cada día somos testigos de cómo el poder judicial en Turquía carece de independencia y cómo la presión política se impone sobre la justicia. Ante esta flagrante negación del derecho, no podemos permanecer en silencio. Si queremos “justicia para todos”, primero debemos garantizar que se cumplan las sentencias del TEDH.

Volvemos a Estrasburgo porque la democracia comienza por respetar la voluntad popular, pero en Turquía esta voluntad es sistemáticamente usurpada. La orden de arresto con motivaciones políticas contra Ekrem İmamoğlu, la destitución de alcaldes opositores para imponer administradores designados, las operaciones contra empleados municipales críticos, la censura a periodistas que informan sobre estos hechos, y la violencia policial desproporcionada contra manifestantes son pruebas de que el mecanismo democrático en Turquía ya no funciona. No se respeta el voto ciudadano, se obstruye el derecho a la información, y decisiones como las violaciones de derechos en el caso del diputado electo Can Atalay no se aplican. Bajo la sombra de un autoritarismo consolidado, no puede hablarse de una verdadera democracia. Sin democracia, no hay “justicia para todos”.

Volvemos a Estrasburgo porque en Turquía se pisotean la libertad y la seguridad individual. Un poder judicial politizado y fuerzas de seguridad al servicio del gobierno convierten la ley en una herramienta para silenciar a la oposición. A pesar de que el TEDH dejó claro en su sentencia “Yalçınkaya” que “no hay delito ni pena sin ley”, cada día decenas de personas son detenidas arbitrariamente bajo acusaciones de pertenencia al movimiento Gülen. Las acusaciones infundadas de terrorismo ahora alcanzan incluso a niños, especialmente niñas estudiantes. Miembros del movimiento político kurdo y periodistas kurdos son arrestados por “propaganda terrorista” tras hacer declaraciones. Periodistas que critican al gobierno son acusados de “difundir información engañosa”, y estudiantes que protestan, de “insultar al presidente”. No podemos callar ante este clima de represión y miedo. Sin fuerzas de seguridad que respeten la ley y un poder judicial independiente, no hay “justicia para todos”.

Volvemos porque exigimos justicia. Y la exigimos ahora.

¡Justicia retrasada es justicia denegada! Pese a la sentencia Yalçınkaya del TEDH, al menos 6.503 personas más han sido privadas de libertad bajo los mismos cargos infundados.(1) Quienes están en prisión no reciben atención médica adecuada, y sus familias fuera enfrentan exclusión social, estigmatización y graves dificultades económicas. Si no se actúa a tiempo, estas injusticias se profundizan.

El sistema judicial politizado de Turquía no ofrece solución a las violaciones de derechos humanos. Pero los tratados internacionales firmados por Turquía siguen siendo una garantía para los miles de personas bajo el yugo autoritario. Para mantener viva esta esperanza, nos dirigimos al Consejo de Europa:

¡Cumplan con su deber de asegurar la aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos!

Recuerden a Turquía sus obligaciones y actúen para que las cumpla.

Este junio, una vez más, alzaremos nuestra voz junto a miles de personas frente al Consejo de Europa. 

[1] Número de detenidos por supuesta pertenencia al movimiento Gülen entre el 26 de septiembre de 2023 (fecha de la sentencia «Yalçınkaya») y el mayo de 2025. (Fuente: https://turkeyrightsmonitor.com/tr/kitlesel-gozaltilar)

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