La Unión Europea (UE) ha reaccionado contra el secuestro de seis ciudadanos turcos por el Gobierno turco en Kosovo por sus presuntos vínculos con el movimiento Gülen. En una respuesta a Gazeta Express, la UE calificó la detención de los ciudadanos turcos de arbitraria y una infracción de los principios de la UE.
Una operación secreta llevada a cabo el pasado jueves permitió la detención y deportación a Turquía de seis ciudadanos turcos residentes legales en Kosovo: los profesores Cihan Özkan, Kahraman Demirez, Hasan Hüseyin Günakan, Mustafa Erdem y Yusuf Karabina, que trabajaban para un grupo de colegios afiliados al movimiento Gülen en Kosovo, y el cardiólogo Osman Karakaya. Los detenidos, deportados en un avión privado de los servicios de inteligencia turcos (MIT), están actualmente en prisión en Turquía acusados de pertenecer al movimiento Gulen.
Los ciudadanos turcos detenidos
“La detención y posterior deportación de seis ciudadanos turcos que residen legalmente en Kosovo plantea interrogantes sobre el respeto de las garantías procesales”, ha declarado Maja Kocijancic, portavoz de la Comisión Europea.
“El Estado de Derecho es un principio fundamental de la Unión Europea. En consonancia con su determinación de construir un futuro libre y democrático, y tal como se establece también en el Acuerdo de Estabilización y Asociación con la Unión Europea, todas las acciones de las instituciones locales de Kosovo están vinculadas por el pleno respeto del Estado de Derecho y el fomento del respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Los procedimientos arbitrarios relativos al arresto, detención o exilio van en contra de estos principios”, dijo Kocijancic en una declaración escrita a Gazeta Express.
“En cuanto a Turquía, si bien entendemos la necesidad de llevar ante la justicia a los culpables del intento del golpe de Estado del 15 de julio, cualquier presunta maldad o crimen debe estar sujeto al debido proceso y a normas internacionales bien establecidas al solicitar la extradición. Es preciso respetar plenamente el derecho de toda persona a un juicio imparcial. Como país candidato a la Unión Europea y miembro del Consejo de Europa, Turquía ha suscrito estos principios”, dijo Kocijancic.
Una operación repetida en otros países
El gobierno de Erdogan lanzó una dura campaña contra los seguidores del Movimiento Gulen tras el intento de golpe de Estado del verano de 2016. Uno de los principales activos de la red de seguidores del predicador Fetullah Gülen son sus escuelas repartidas por todo el mundo y Turquía ha comenzado a presionar a determinados países, especialmente en África, para cerrar e incluso detener a su personal.
Este proceso se ha repetido en otras ocasiones. En 2017, las cámaras de un aparcamiento en Malasia grabaron a cuatro hombres de paisano deteniendo al director de una de estas escuelas. El director fue deportado esa misma noche a Turquía. Las autoridades de Malasia alegaron que el director había sido detenido por delitos contra la seguridad nacional.