Alrededor de la mitad de las 14.000 personas que cruzaron la frontera de Evros hacia Grecia de enero a septiembre de este año eran ciudadanos turcos que huían de la represión del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, escribió el Wall Street Journal, citando cifras de la policía griega.
Se trata de jueces, militares, funcionarios o empresarios que han caído bajo la sospecha de las autoridades turcas por sus vínculos con el movimiento Gülen, a quien Ankara considera responsable del intento de golpe de Estado de julio de 2016, según el artículo. Han elegido una ruta ilegal para salir del país, ya que sus pasaportes han sido cancelados.
“Unos 4.000 turcos han solicitado asilo en Grecia en lo que va de año. Pero la mayoría de las llegadas de turcos no registran su presencia en Grecia, sino que planean dirigirse más profundamente a Europa y más lejos de Turquía”, señaló el WSJ, destacando que la afluencia ha contribuido a la tensa relación entre Atenas y Grecia.
Las tensiones territoriales y los agravios históricos entre los aliados de la OTAN se han visto agravados por los miles de medios de comunicación progubernamentales turcos y de Ankara que han calificado de terroristas y han acusado a Grecia de albergarlos, señaló el WSJ.
“No nos despedimos de nadie antes de partir”, citó el WSJ a uno de esos hombres turcos que ahora están en Atenas tratando de encontrar alguna manera de llegar a Alemania.
Yunus, su esposa y su hijo llegaron a Grecia con la ayuda de contrabandistas, dijo WSJ, pagando un alto precio: “Comenzamos nuestro viaje con 13.000 euros y me quedan 1.500 euros”, dijo.
Yilmaz Bilir, que trabajaba en el departamento de informática del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, era otra persona sospechosa de tener vínculos “gulenistas”, lo que él niega. Fue arrestado cuando visitó brevemente su propia casa y los vecinos llamaron a la policía. La familia decidió abandonar Turquía después de que fuera puesto en libertad en espera de juicio.
Ha llegado a Alemania con un pasaporte falso y ha solicitado asilo allí. Su esposa y sus hijos han solicitado la reunificación familiar, dijo.
El Gobierno turco culpa al movimiento Gülen de llevar a cabo el intento militar de 2016 de derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan en el que murieron unas 250 personas. Las autoridades turcas han encarcelado a miles de personas y despedido a unas 150.000 por acusaciones de pertenecer al movimiento cuyos miembros ocupaban puestos de trabajo influyentes en la educación, la administración pública, la policía, el ejército, el poder judicial y los medios de comunicación. Mientras tanto, se han confiscado activos por valor de miles de millones de euros a empresas supuestamente relacionadas con el movimiento.