Según el viceministro del Interior de Turquía, İsmail Çatakli 2.073 sospechosos fueron detenidos en julio como parte de una campaña de represión posterior al fallido intento de golpe de Estado contra el movimiento Gülen, informó la agencia de noticias estatal Anadolu.
El Gobierno turco acusa al movimiento Gülen de haber planeado el fallido golpe del Estado del 15 de julio de 2016 y lo califica de “organización terrorista”, aunque el movimiento niega rotundamente su participación en la intentona golpista o en cualquier actividad terrorista.
En todas las investigaciones antiterroristas realizadas en julio, la policía turca detuvo a 2.940 sospechosos, 561 de los cuales fueron detenidos por un tribunal.
Tras el fallido intento de golpe, el Gobierno turco lanzó una campaña de represión masiva contra los seguidores del movimiento con el pretexto de una lucha antigolpista, como resultado de la cual se expulsó a unas 140.000 personas de los puestos de trabajo del Estado, mientras que más de medio millón de personas han sido investigadas por acusaciones de terrorismo.
Depositar dinero en un banco vinculado al movimiento, hacer una donación a una organización de ayuda afiliada al mismo o enviar a su hijo a una escuela fundada por los seguidores de Gülen se consideran actos criminales y pruebas de pertenencia a una organización terrorista por parte de las autoridades judiciales turcas.
