Reporteros sin Fronteras (RSF) considera que las largas penas de prisión impuestas por la fiscalía en el proceso de 31 ex empleados del periódico Zaman -incluida la cadena perpetua de nueve de sus ex columnistas- constituyen un acto de venganza política extremadamente despiadado.
Las sentencias fueron solicitadas en la tercera audiencia celebrada el 5 de abril en la prisión de alta seguridad de Silivri, a 85 kilómetros al oeste de Estambul, en la que la fiscalía comenzó a apresurar el juicio. El representante de RSF en Turquía asistió a la audiencia en calidad de observador.
Si el tribunal aprueba las sentencias solicitadas, los nueve columnistas – Sahin Alpay, Ahmet Turan Alkan, Ali Bulaç, Mümtazer Türköne, Mustafa Ünal, İbrahim Karayel, Mehmet Özdemir, İhsan Duran Dagi y Orhan Kemal Cengiz – pasarán el resto de sus vidas en el más estricto aislamiento, sin posibilidad de libertad condicional y con visitas familiares mínimas. Es el castigo más severo del sistema penal turco.
Su crimen fue escribir columnas para Zaman, el periódico más leído de Turquía, hasta que fue puesto bajo control estatal y luego cerrado por decreto en 2016. La posición editorial del periódico era favorable al movimiento Gülen, un antiguo aliado del gobierno acusado ahora de estar detrás de un intento fallido de golpe de Estado en julio de 2016.
Sin embargo, esto bastó para que la fiscalía afirmara que estos nueve periodistas “intentaron destruir el orden constitucional” y “pertenecían a una organización terrorista”. No se presentaron pruebas de la participación individual en actos de violencia ni de que se tolerara la violencia. La fiscalía afirmó que el único objetivo de sus editoriales críticos con el gobierno era crear una “percepción” pública favorable al golpe.
El fiscal también pidió al tribunal que condenara a 20 administradores, empleados técnicos e inversores de Zaman por “pertenecer a una organización terrorista” y a dos de sus periodistas, Nuriye Ural y Lalezar Sarı İbrahimoglu, por “ayudar a una organización terrorista”. Ambos cargos conllevan largas penas de cárcel.
“Lo inimaginable se está convirtiendo en la norma en Turquía”, dijo Erol Onderoglu, representante de RSF en Turquía. “¿La cadena perpetua se va a convertir en el precio estándar para practicar el ‘crimen’ del periodismo? El único objetivo de este juicio fallido y precipitado es ejecutar una represalia política dictada por el gobierno”.
Önderoglu añadió: “Exigimos una vez más la liberación inmediata de estos periodistas y la retirada de los procedimientos en ausencia de pruebas de la participación individual en un crimen reconocido por el derecho internacional”.
Diecisiete de los acusados, entre ellos Ahmet Turan Alkan, Ali Bulaç y Mümtazer Türköne, ya han pasado más de un año y medio en prisión provisional. El conocido columnista Sahin Alpay fue liberado de la cárcel y puesto bajo arresto domiciliario en marzo después de 18 meses de detención. Sin embargo, esto no satisfacía ni al Tribunal Europeo de Derechos Humanos ni al Tribunal Constitucional de Turquía, que han dictado sentencias en las que piden que se levanten todas las restricciones a su libertad.
Los abogados de la defensa fueron unánimes en afirmar que el juicio se está llevando a cabo de manera sumaria. Nadie esperaba que el fiscal comenzara a presentar su resumen en esta audiencia cuando aún no se hayan completado las primeras etapas del juicio.
En esta audiencia, los abogados que representaban a los periodistas descubrieron la existencia de pruebas de cargo de las que no se les había notificado previamente. El tribunal rechazó su solicitud de que los expertos examinaran ciertas pruebas de cargo, aunque el resumen incluía la interpretación arbitraria y unilateral de muchas columnas.
Para acelerar aún más el proceso, el tribunal acordó dividir el juicio en cuatro partes: los columnistas, los administradores, los empleados técnicos y los inversores serán juzgados de ahora en adelante por separado. La próxima audiencia de los columnistas está prevista para los días 10 y 11 de mayo y se supone que terminará con un veredicto.
Representantes del consulado sueco, de la delegación de la Unión Europea en Ankara y de las oenegés Article 19 y P24 también asistieron a la audiencia del 5 de abril.
Turquía ocupa el puesto 157 de 180 países en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2018 de RSF. La ya preocupante situación de los medios de comunicación se ha vuelto crítica bajo el estado de emergencia proclamado tras el intento de golpe de Estado de julio de 2016. Se han cerrado unos 150 medios de comunicación, se están celebrando juicios en masa y el país ostenta el récord mundial de periodistas profesionales detenidos.