Turquía pide a Bosnia que extradite a un presunto “gulenista”


Turquía ha pedido a Bosnia-Herzegovina que extradite al empresario turco Ozer Ozsaray bajo la sospecha de que es miembro de una organización terrorista cuyo objetivo es derrocar al Estado, según se informó el jueves en una audiencia en el tribunal estatal bosnio de Sarajevo.

El fiscal Kasim Halilcevic dijo que el Tribunal Supremo turco ha iniciado una investigación sobre Ozsaray por el acto criminal de “pertenencia a la organización terrorista armada FETÖ”.

“FETÖ” es un término despectivo acuñado por el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) dirigido por el presidente Recep Tayyip Erdogan para referirse al movimiento Gülen.

Se han producido casos de extradición forzada ilegal en Afganistán, Pakistán, Arabia Saudí, Malasia, Kirguistán, Gabón y en muchos otros Estados. Los deportados eran todos académicos, maestros, directores de escuela y empresarios, algunos de los cuales ya habían sido reconocidos como refugiados por las Naciones Unidas. Una vez de vuelta en Turquía, es más probable que estas personas sean condenadas a duras penas de prisión, y posiblemente a tortura, en relación con su presunta relación con el movimiento.

“Mantenemos nuestra propuesta de imponer medidas [restrictivas] a Ozsaray, prohibiéndole salir de su lugar de residencia y permitiéndole únicamente moverse dentro de las fronteras del cantón de Sarajevo, y confiscar sus documentos de viaje”, dijo Halilcevic al tribunal.

Ankara acusa a Ozsaray de estar involucrado en el fallido golpe de Estado en Turquía del julio de 2016, que según la narrativa oficial del Gobierno turco fue organizado por la red del clérigo exiliado Fethullah Gulen.

Sin embargo, Bosnia y Herzegovina no lo reconoce como un grupo terrorista y el tribunal estatal ha denegado una anterior solicitud de extradición turca debido a ello.

Ozsaray se opuso a su extradición, insistiendo en que no había cometido ningún delito.

También se opuso a la propuesta de confiscación temporal de su pasaporte, aunque accedió a que se restringiera su circulación al cantón de Sarajevo.

“Las pruebas aportadas demuestran que abrí una escuela, establecí una asociación de empresarios, que soy el propietario de un periódico local y de una agencia de publicidad, que he dirigido. Esa es la evidencia”, dijo Ozsaray.

“No era miembro de ninguna organización terrorista ni tomé las armas, excepto durante mi servicio militar. Considero que se trata de un acto estatal de carácter político”, añadió.

Ozsaray dijo que presentó una solicitud de asilo a las autoridades bosnias en julio del año pasado porque quiere estar “tranquilo y libre”.

La próxima audiencia en el caso está programada para el 29 de noviembre.

El Gobierno turco ha prometido localizar y traer a casa a personas que considera vinculadas a Gülen, que vive en el exilio en Estados Unidos.

Ankara también ha presionado mucho a los países de los Balcanes para que cierren las instituciones educativas o caritativas vinculadas a Gulen.

Kosovo y Bulgaria han devuelto a Turquía a sospechosos de ser “gulenistas” a pesar de las duras críticas de las organizaciones de derechos humanos.

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