Derya Erkan, profesora de física en la provincia turca de Samsun en la zona de Mar Negro, fue detenida el domingo por un tribunal local por su presunta pertenencia al movimiento Gülen, que la obligó a dejar a su hijo pequeño al cuidado de un vecino.
El mismo tribunal había dictaminado previamente la puesta en libertad de Derya Erkan, quien fue detenida el 26 de febrero, y había decidido el 1 de marzo su arresto domiciliario. Sin embargo, según un informe de la agencia estatal turca de noticias Anadolu, el domingo, fue detenida por el mismo tribunal a petición de un fiscal. Erkan fue arrestada y enviada a prisión.
También se informó de que el interrogatorio de su esposo Erdal Erkan ha continuado desde el 26 de febrero mientras se encontraba bajo custodia policial.
Según una cuenta de Twitter llamada Magduriyetler, que informa sobre las continuas violaciones de los derechos humanos en Turquía que se produjeron tras un controvertido intento de golpe de Estado el 15 de julio de 2016, Derya y Erdal Erkan tienen un hijo, Semih, todavía lactante.
Erkan es una de las docenas de madres que han sido separadas de sus hijos debido a una represión dirigida por el gobierno contra el movimiento Gülen. Más de 17.000 mujeres en Turquía, muchas de ellas con niños pequeños, han sido encarceladas en la represión sin precedentes y sometidas a tortura y malos tratos en centros de detención y cárceles como parte de la campaña sistemática del gobierno de intimidación y persecución de críticos y opositores, según un informe titulado “Mujeres encarceladas en Turquía: Campaña sistemática de persecución y miedo” publicado por Stockholm Center for Freedom (SCF).
Turquía sufrió un controvertido intento de golpe militar el 15 de julio de 2016 en el que 249 personas perdieron su vida. Inmediatamente después del golpe de Estado, el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) junto con el presidente Erdogan culpó al movimiento de Gülen.
Gülen, quien inspiró al movimiento, negó enérgicamente tener ningún rol en el golpe fallido y pidió una investigación internacional sobre él, pero el presidente Erdogan llamando al intento de golpe “un regalo de Dios” y el gobierno iniciaron una amplia purga para limpiar a los simpatizantes del movimiento de las instituciones estatales, deshumanizando a sus figuras populares y poniéndolas bajo custodia.
Turquía ha suspendido o despedido a más de 150.000 jueces, profesores, policías y funcionarios públicos desde el 15 de julio de 2016. El ministro del Interior turco anunció el 12 de diciembre de 2017 que 55.665 personas han sido detenidas. Anteriormente, el 13 de diciembre de 2017, el Ministerio de Justicia anunció que 169.013 personas han sido procesadas por cargos relacionados con el golpe de Estado.
“Un total de 48.305 personas fueron detenidas por tribunales de Turquía en 2017 por sus presuntos vínculos con el movimiento Gülen”, dijo el 5 de enero de 2018 el ministro del Interior turco Süleyman Soylu. “El número de detenciones es casi tres veces mayor”, dijo Soylu en una reunión de seguridad en Estambul y afirmó que “ni siquiera estas cifras son suficientes para revelar la gravedad del asunto”.