Los libros kurdos toman su parte de la represión del gobierno turco


El número de libros impresos en idioma kurdo en Turquía disminuyó en 2017, con sólo 171 libros publicados, ya que la represión del gobierno turco se ha intensificado tras el fracaso de las conversaciones de paz en 2015, informó el periódico Kurdistan24 con sede en Gobierno Regional del Kurdistán (KRG por sus siglas en inglés), en el norte de Irak.

Según el informe, el investigador y periodista Cemil Oguz dijo que la fase renovada del conflicto afectó negativamente las opciones socioculturales y el estado de ánimo de las personas. “Las estadísticas revelan que cuando la guerra se intensifica, el número de personas que leen libros kurdos disminuye. Lo sabemos por el hecho de que en 2014 se publicaron más de 250 libros. Porque entonces hubo paz. Este número es importante en la historia del Kurdistán”, dijo Oguz a Kurdistan24 en una entrevista en Diyarbakir.

En ese momento, el gobierno turco estaba negociando una solución pacífica y un alto el fuego con el ilegal Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Por muy incómoda que fuera, ayudó a que la cultura y el idioma kurdo prosperaran hasta el regreso de la guerra a mediados de 2015.

Desde el controvertido intento de golpe de Estado militar del año pasado, en el que se intentó derrocar al gobierno, tanto para los editores como para los lectores kurdos, el gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha empeorado la situación. Ese año, 190 libros en diferentes dialectos kurdos llegaron a las tiendas, según el informe.

Hay más de una docena de casas editoriales kurdas en Turquía, la mayoría de ellas evadiendo hasta ahora una creciente represión gubernamental contra la sociedad civil, los institutos culturales y los medios de comunicación. Una de ellas, Avesta, con sede en Estambul, publicó sólo 13 libros el año pasado, ni siquiera la mitad de los que publicó en los dos años anteriores.

Abdullah Keskin, el fundador y redactor jefe de Avesta, dijo que la razón principal era los problemas financieros y logísticos a los que se enfrentaba su casa editorial. “Y, las ventas nunca fueron buenas. Evidentemente, la política sigue desempeñando un papel”, comentó Keskin por teléfono desde Estambul.

El poeta y autor Seyhmus Sefer cree que la responsabilidad última de preservar y nutrir el idioma recae en los kurdos. “Mientras los kurdos no sean gobernantes en su patria y el idioma kurdo no tenga estatus oficial, esta situación de peligro continuará”, dijo Sefer a Kurdistán 24 en Diyarbakir.

“Los niños kurdos deben ser educados en su lengua materna cuando van a la escuela por la mañana”, añadió, y afirmando que es difícil para los editores kurdos aumentar su número de lectores si la gente no es capaz de leer en primer lugar.

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