Libertad de prensa en Turquía

Libertad de prensa en Turquía: Mucho peor de lo que pensamos

Encarcelamiento, exilio y censura

Este informe, escrito por el Centro de Estocolmo para la Libertad, trata sobre los periodistas que fueron arrestados, condenados, obligados a exiliarse y que, además, se enfrentan al acoso del Sistema de Justicia Penal en Turquía. El principal foco está puesto, naturalmente, en aquellos que han perdido sus libertades y están tras las rejas, aunque muchos otros, de una u otra manera, sufren la despiadada persecución perpetrada por el gobierno turco en contra de los periodistas críticos, independientes y de la oposición.

Informes concretos, confirmados por la presión nacional/internacional y las organizaciones de derechos humanos, indican que Turquía no es un país libre en términos de libertad de prensa. Actualmente Turquía tiene el número más alto del mundo de periodistas en prisión. Más de la mitad de los periodistas encarcelados en el mundo están en Turquía.

Estamos ante un esfuerzo por atraer la atención de los turcos y del público mundial hacia los periodistas que han sido privados de su libertad. Esto confirma, complementa y expande la investigación hecha por otras defensoras de libertad de prensa y organizaciones guardianas.

Obviamente hay discrepancias sobre el número y los nombres de los periodistas encarcelados, presentados por las organizaciones de monitoreo de prensa y derechos humanos. Estas diferencias pueden ser atribuidas a las diversas metodologías utilizadas por estas organizaciones. Al mismo tiempo, el acceso a datos correctos y confirmados resulta cada vez más difícil, dado que numerosos medios de comunicación independientes y críticos han sido cerrados por el gobierno turco; se han ejercido presiones sobre corresponsales y expertos que trabajan en el campo; y las autoridades se han abstenido de informar al público de las operaciones lanzadas en contra de los medios de comunicación en meses recientes. Las noticias y el flujo de información que concierne a los corresponsales y los medios de comunicación han quedado más bien limitadas a los casos de varias figuras públicas.

Las familias y colegas de los periodistas se sienten cada vez más preocupados por la falta de información facilitada por las autoridades. Esta escasa información es más que irritable por el hecho de que los periodistas encarcelados se enfrentan a la dificultad de encontrar abogados que los representen, desde que una lista de asociaciones rechaza proveer a ciertos sospechosos con abogados, a pesar de las claras disposiciones en el Procedimiento del Código Penal, y al hecho de que algunos abogados evitan revelar información sobre sus clientes en un esfuerzo por protegerlos. Las restricciones para acceder a los archivos de los casos y la escasa transparencia en los procedimientos constituyen otros desafíos.

A pesar de ello, el Centro de Estocolmo para la Libertad ha sido capaz de obtener información actualizada sobre el número de periodistas arrestados y condenados gracias a entrevistas telefónicas, reuniones cara a cara con fuentes de información y una lista de analistas redactada por organizaciones acreditadas de medios de comunicación y grupos de derechos humanos. El 26 de enero de 2017 había 191 miembros de la prensa en prisión hasta. (Veintinueve ex-empleados de la red estatal de transmisión TRT fueron arrestados el 29 de diciembre de 2016. El Centro de Estocolmo para la Libertad ha confirmado solamente el nombre de dos periodistas y los cargos elevados por la Oficina del Fiscal Público de Ankara, y no han añadido los 27 restantes a su lista porque sus nombres no han sido divulgados). Se han expedido las autorizaciones para detener a otros 92 periodistas.

Por si fuera poco, cerca de 100 periodistas fueron detenidos después de la tentativa de golpe del 15 de Julio de 2016, antes de ser puestos bajo la supervisión del poder judicial o después del interrogatorio policial. El último año, 839 periodistas aparecieron en el tribunal simplemente para informar de las noticias, según un informe emitido por la Asociación de Periodistas de Turquía Estos números son mucho más altos que los reportados hasta ahora e indican que la problemática situación de libertad de prensa en Turquía es mucho peor de lo que mucha gente piensa. Hay que señalar que este cálculo podría cambiar en cualquier momento debido a las continuas incursiones y detenciones de la policía. A causa de estos desafíos, el Centro de Estocolmo para la Libertad reconoce que, a pesar de sus mejores esfuerzos, sus listas podrían incurrir en ciertos defectos y errores.

De los periodistas y los trabajadores de los medios de comunicación encarcelados, más del 85 por ciento fueron tomados en custodia y arrestados después de la tentativa de golpe del 15 de Julio. Prácticamente todos los periodistas bajo arresto fueron acusados de “afiliación a una organización terrorista”, “difusión de propaganda terrorista”, “intento de derrocamiento del actual gobierno” o “espionaje”. Las prácticas para silenciar a los periodistas a través del abuso del Sistema de Justicia Penal y la expansión del campo de definición del terrorismo para usarlo en contra de los acusados, están entre las violaciones de los derechos humanos más frecuentemente citadas en los informes de derechos humanos, así como en los documentos de la Unión Europea, las Naciones Unidas, el Consejo Europeo y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa.

Este informe da un limitado énfasis a las violaciones de los derechos humanos sufridas por los periodistas encarcelados. Las reclamaciones sobre largos periodos de detención, aislamiento, reclusión solitaria, tortura física y psicológica, inadecuados servicios de asistencia médica, restricción de visitantes, celdas sobresaturadas y la limitada o insatisfactoria disponibilidad de libros son frecuentemente mencionados por visitantes oficiales o familiares de los periodistas presos.

Otro problema, en términos de libertad de los medios de comunicación, es el caso de los periodistas cuyas autorizaciones de detención han sido expedidas o que se han visto forzados a huir del país y vivir en el exilio. Entrevistas con estos periodistas han puesto de manifiesto sus reclamaciones sobre serias privaciones financieras, presión sobre los miembros de familia y parientes en Turquía, denegación de servicios consulares en embajadas y consulados turcos, estigmatización por parte de medios de comunicación pro-gubernamentales, incertidumbre de su estado legal en sus respectivos países y su incapacidad de comprometerse en su profesión. Algunos de estos periodistas indicaron que se vieron obligados a ocultarse por razones de seguridad en sus países de asilo.

Los periodistas que siguen trabajando en las pocas organizaciones o medios de comunicación independientes y críticas que quedan en Turquía se enfrentan a amenazas de muerte, arresto, violencia, discursos de odio, discriminación, divulgación de su perfil y censura. Hay numerosos casos penales en contra de estos periodistas en curso.

El número de empresas de medios de comunicación confiscadas y cerradas por el gobierno ha alcanzado la cifra de 189. Esto no sólo es un indicio de un enorme golpe del escrutinio en el funcionamiento de los medios de comunicación en nombre del público, sino que constituye también un serio freno al desarrollo de los medios de comunicación. Debido a las continuas presiones anti-democráticas, más del 30 por ciento de los periodistas en el sector han perdido su trabajo. Muchos periodistas y trabajadores de medios de comunicación que han sido puestos en la lista negra por parte del gobierno ni siquiera han encontrado trabajo en los sectores que no pertenecen al sector. Si por casualidad encontraran algún empleo, estos periodistas tienden a emplearse en trabajos donde no pueden usar su educación y logros profesionales, lo cual les dificulta el implementar sus capacidades intelectuales. Por otro lado, los tribunales emiten órdenes controvertidas con el fin de confiscar los capitales de los periodistas en prisión o en el exilio, fomentado la discriminación de los periodistas y de sus familiares.

El Centro de Estocolmo para la Libertad está seriamente preocupado de que el año 2017 sea peor en términos de derechos fundamentales y libertades, particularmente en relación a la libertad de prensa y a la libertad de expresión, si el presidente Recep Tayyip Erdoğan y el Tribunal de Justicia y el partido AKP en el gobierno no se eximen de sus acciones anti-democráticas e invierten las políticas autoritarias que son incompatibles con los valores universales. Las rectificaciones constitucionales que han otorgado a la oficina de la presidencia poderes no sujetos a escrutinio, incluyendo la abolición del Parlamento, podrían tener efectos catastróficos para la libertad de prensa y de expresión.

Informe completo en inglés

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