Histórica sentencia del TEDH: Turquía condenada por violaciones de derechos humanos en caso de un profesor acusado de vínculos con el movimiento Gülen

En un hito significativo para los derechos humanos y el sistema de justicia en Turquía, la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) emitió una histórica sentencia en contra de Turquía por la condena de un profesor turco acusado de tener vínculos con el movimiento Gülen. Esta decisión tiene el potencial de tener un profundo impacto en miles de personas que enfrentan cargos similares en Turquía y plantea serias interrogantes sobre la calidad del sistema legal en el país.

El caso en cuestión involucra al profesor Yüksel Yalçınkaya, quien fue condenado en 2017 a seis años y tres meses de prisión por cargos de pertenencia a una organización terrorista debido a sus supuestos vínculos con el movimiento Gülen. La sentencia se basó en acusaciones que incluyeron su uso de la aplicación de mensajería encriptada ByLock, su afiliación a un sindicato y una asociación vinculada al movimiento Gülen, así como el simple hecho de tener una cuenta en el Bank Asya. Sin embargo, el TEDH ha considerado que esta condena fue ilegal y violó varios artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

El tribunal europeo criticó duramente a Turquía por violar tres artículos clave del CEDH: el derecho a un juicio justo (Artículo 6), no hay pena sin ley (Artículo 7) y la libertad de reunión y asociación (Artículo 11). Además, el TEDH ordenó a Turquía pagar una indemnización de 15.000 euros a Yalçınkaya por costos y gastos.

Uno de los aspectos más destacados de esta sentencia fue la crítica del tribunal al uso de la aplicación ByLock como evidencia en el juicio de Yalçınkaya. El TEDH consideró que esta práctica fue arbitraria y carente de las garantías necesarias para un juicio justo. También señaló deficiencias significativas en el proceso de juicio, incluyendo la negación de acceso a pruebas y la falta de la oportunidad de un examen independiente de los datos presentados.

Además, el TEDH resaltó que el uso de la membresía legal de Yalçınkaya en un sindicato como evidencia en su contra violó su derecho a la libertad de reunión y asociación, según lo establecido en el Artículo 11 del CEDH.

Esta sentencia marca un cambio sustancial en comparación con casos anteriores, ya que se centra en la validez de la condena en sí misma, no solo en las decisiones de detención. Esto es de particular importancia dado que muchas personas en Turquía enfrentan cargos de terrorismo relacionados con el movimiento Gülen, que ha sido acusado por el Gobierno turco de planear el fallido golpe de Estado en 2016 y catalogado como una organización terrorista, a pesar de su negación de cualquier participación en actividades terroristas.

El fallo del TEDH también plantea una serie de desafíos legales para Turquía. El tribunal europeo estableció que este juicio no solo se aplica a Yalçınkaya, sino que debe tener un “efecto objetivo”, lo que significa que debe ser considerado para todos los casos similares en el país. Esta decisión podría resultar en una oleada de nuevos juicios y, posiblemente, en reformas legales significativas en Turquía. El no abordar estos problemas podría tener repercusiones financieras y dañar la reputación internacional de Turquía en materia de derechos humanos.

Esta sentencia del TEDH también resalta las preocupaciones persistentes sobre el Estado de Derecho en Turquía. El país ha enfrentado críticas constantes por su purga masiva de funcionarios públicos y cambios en su sistema judicial después del intento de golpe de Estado en 2016. El uso de criterios vagos para identificar y arrestar a presuntos seguidores del movimiento Gülen ha resultado en miles de detenciones y ha llevado a un éxodo de personas que buscan refugio en el extranjero.

El fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso de Yalçınkaya marca un hito en Turquía, ya que pone de relieve la importancia del respeto a los derechos humanos y al Estado de Derecho. Este veredicto podría tener un impacto significativo en la manera en que se abordan los casos relacionados con el movimiento Gülen en el país, y se espera que abra las puertas a un sistema de justicia más justo y equitativo en Turquía.

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