Las autoridades griegas se apresuran a reforzar su frontera terrestre con Turquía ante el temor de una nueva crisis migratoria, según el diario británico Guardian.
En lo que va de abril, unas 2.900 personas han cruzado la frontera terrestre de Grecia con Turquía, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), superando con creces el número de personas que hacen más peligroso el cruce marítimo hacia las islas griegas frente a la costa turca.
“Nuestras instalaciones de recepción están desbordadas y las cosas están a punto de descontrolarse”, dijo Dimitris Mavrides, alcalde de Orestiada, una ciudad fronteriza.
“El gobierno acaba de mandar 120 policías adicionales”, dijo, “pero son temporales y simplemente no suficientes. Frontex (la agencia europea de fronteras y guardacostas) también tiene que intervenir”.
Una declaración de la ACNUR presentaba un panorama triste de las condiciones en los centros de acogida del lado griego de la frontera, describiéndolos como “lamentables”. En la declaración se recomendaba la creación de unidades móviles de recepción para facilitar el proceso de identificación y el traslado de los menores no acompañados a refugios seguros.
Sin embargo, Nikos Toskas, viceministro griego de protección de los ciudadanos, dijo que la situación estaba controlada. “Estamos totalmente preparados”, dijo por teléfono, “No hay necesidad de pánico”.
El creciente número de personas que cruzan hacia Grecia utilizando su frontera terrestre con Turquía, en lugar de hacerlo por mar, puede explicarse en parte por los términos de un acuerdo alcanzado en 2016 entre la Unión Europea y Turquía para frenar los flujos migratorios. Esto requiere que los migrantes y refugiados que llegan a las islas griegas permanezcan allí hasta que se hayan tramitado sus solicitudes de asilo, un sistema que es notoriamente lento. La frontera terrestre no está cubierta por este acuerdo y el cruce también es menos peligroso.
“Vienen precisamente porque (el cruce terrestre) no es parte del acuerdo y porque se ha corrido la voz de que la situación en las islas es dramática”, dijo Mavrides. “Si llegan aquí y son procesados, son libres de ir a cualquier parte del continente. Tenemos cuatro autobuses al día a Atenas y Salónica y están llenos”.