Charlie Yaxley, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR), dijo en una rueda de prensa en Ginebra el viernes que se debe fortalecer la capacidad de búsqueda y rescate de los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo.
“Resulta de especial preocupación el impacto sobre las labores de búsqueda y rescate en caso de que se desaliente a los barcos a responder llamadas de socorro por miedo a no obtener permiso para desembarcar a las personas rescatadas. Las oenegés, en particular, han expresado su preocupación por las restricciones impuestas al salvamento marítimo rescate y por la amena de acciones legales”, dijo.
Yaxley dijo que un número significativamente menor de solicitantes de asilo y migrantes han llegado a las costas europeas en los primeros seis meses de 2018 y añadió: “A pesar de esta reducción, continúan las muertes en el mar de mujeres, hombres y niños, en cifras proporcionalmente mayores”.
“La elevada pérdida de vidas humanas evidencia la necesidad urgente de reforzar las funciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo. ACNUR agradece su labor a todos aquellos involucrados en operaciones de salvamento, pero con tantas vidas en juego, reiteramos la importancia absoluta, alineada a las obligaciones que conllevan las leyes marítimas, para permitir la asistencia en el mar a personas en dificultades en el mar”, dijo.
Las oenegés desempeñan un papel fundamental en el rescate de personas en peligro en el mar, llevando a cabo alrededor del 40 por ciento de las operaciones de rescate de enero a abril de este año para las personas desembarcadas en Italia, incluidas las personas que primero fueron rescatadas por barcos militares y comerciales y luego transferidas a buques de las oenegés.
“Ahora que comienza la temporada alta intentos de cruce, salvar vidas debe ser la prioridad clave. Cualquier reducción de las capacidades de salvamento conducirá casi con toda certeza a una mayor pérdida innecesaria de vidas, debido a que los traficantes de personas –faltos de escrúpulos y sin respeto por la vida- siguen organizando cruces en embarcaciones precarias y no aptas para la navegación marítima. Se debe permitir que cualquier barco con la capacidad de asistir en labores de búsqueda y rescate acuda en ayuda de aquellos que lo necesitan y pueda posteriormente desembarcar en el puerto seguro más cercano.”
Un barco de rescate de la ONG Open Arms que transportaba a 60 inmigrantes fue autorizado a atracar en Barcelona a principios de esta semana tras haber sido rechazado por Italia y Malta.
El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, fue el primero en rechazar el barco, quien dijo que el bote de rescate “puede olvidarse de llegar a un puerto italiano” y luego sugirió que el barco debería atracar en Malta, que, según él, era el puerto más cercano.
El gobierno maltés se aseguró de declarar rápidamente que sus puertos estaban fuera de los límites del buque cuando el ministro del Interior, Michael Farrugia, afirmó que la pequeña isla italiana de Lampedusa, al sur de Sicilia, estaba más cerca del buque de rescate que sus costas.
El buque es el tercero que Salvini y el Gobierno italiano rechazan en el plazo de un mes. La semana pasada, un barco de rescate alemán atracó en Malta después de que Italia se negara a aceptarlo. A principios del mes pasado, Salvini también impidió que el barco Aquarius que transportaba a más de 600 migrantes atracara en las costas italianas.
“ACNUR reitera el llamamiento que ha hecho en las últimas semanas, junto a la OIM, en pro de un enfoque regional colaborativo para abordar las llegadas por el mar Mediterráneo, que establezca directrices claras sobre la búsqueda, el rescate y el desembarco”, dijo Yaxley.