“Los simpatizantes de Gülen huyen de Turquía para salvar sus vidas.”


Los simpatizantes de Fethullah Gülen están huyendo de Turquía como refugiados por temor a perder la vida, informó el lunes Isabelle Gerretsen en el International Business Times.

Turquía sufrió un controvertido intento de golpe militar el 15 de julio de 2016 en el que 249 personas perdieron su vida. Inmediatamente después del golpe de Estado, el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) junto con el presidente Erdogan culpó al movimiento de Gülen.

Gülen, quien inspiró al movimiento, negó enérgicamente tener ningún rol en el golpe fallido y pidió una investigación internacional sobre él, pero el presidente Erdogan llamando al intento de golpe “un regalo de Dios” y el gobierno iniciaron una amplia purga para limpiar a los simpatizantes del movimiento de las instituciones estatales, deshumanizando a sus figuras populares y poniéndolas bajo custodia.

Según un informe elaborado recientemente publicado por “Platform for Rights and Justice” (Plataforma para los Derechos y la Justicia) el número total de víctimas, las que son despedidas o arrestadas durante el estado de emergencia y sus familiares, exceden a 1,2 millones.

Muchos refugiados turcos dicen que se sentían más seguros cuando estaban detenidos en condiciones sucias y pésimas en una prisión griega que cuando eran ciudadanos libres en su propio país. (Isabelle Gerretsen)

El artículo de Gerretsen incluye entrevistas con varias familias que optaron por arriesgar el viaje a Grecia como refugiados, en lugar de esperar que les alcance la purga en Turquía.

La esposa de uno de los refugiados, que sufre de un trastorno de la glándula pituitaria, describió cómo no podían arriesgarse a llevarlo al hospital, lo que habría resultado en su detención.

“Si lo hubieran detenido, no habría aguantado más de una semana”, cuenta ella hablando de “innumerables historias «de detenidos a los que las autoridades les negaron la medicación.

Otra familia describió cómo quemaron todos los certificados y premios escolares de su hija, que asistió a una escuela fundada por los simpatizantes de Gülen.

A pesar de no poder trabajar en Grecia, enfrentar el internamiento cuando entran de contrabando y luego tener que vivir de una suma que apenas cubre su renta mensual, las familias dicen sentirse aliviados de haber escapado de Turquía.

Un país extranjero donde no hay oportunidades de empleo ofrece más esperanza y seguridad para estos refugiados que vivir en Turquía.
Un periodista turco que ahora vive en Tesalónica resume sucintamente lo que muchos refugiados sienten: “Nos sentíamos más seguros cuando estábamos detenidos en condiciones terribles en una prisión griega que cuando estábamos libres en nuestro propio país”.

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